Conocer el mundo… A mordiscos

Pueden darse ocasiones en las que los niños y niñas muerdan, arañen o peguen a otros hermanitos o niños. Los motivos pueden ser muy diversos, desde llamar la atención a la experimentación o la salida de un diente. Es algo bastante común en la etapa de 1-3 años donde los niños se relacionan de manera mucho más autónoma con el resto de iguales sin tener una capacidad de comunicación y resolución de conflictos madura.

A veces a los padres nos puede resultar un poco duro imaginar que esto pueda ocurrir con nuestro pequeño/a. En cambio, esta reacción es totalmente normal y en algunas ocasiones no podremos prevenirla. Si es así, no debemos preocuparnos en exceso ni sentirnos (o buscar) culpables.

7 cosas que podemos hacer cuando un niño muerde:

  • Lo primero, asegurarnos de que ambos están bien.
  • Ponernos a su altura y explicarle que eso es algo que hace daño al otro niño. Usando siempre un tono firme pero no elevado.
  • Intentaremos prevenir el contacto físico cuando vemos que hay intenciones de morder, arañar, etc. Podemos separarle un poco del otro niño al que parece que vaya a morder, pero no lo dejaremos solo, ya que así no aprenderá a relacionarse nunca.
  • Si nos parece que el niño lo hace con el objetivo de búsqueda de atención. Podemos probar a distanciarlo del otro niño/s sin prestarle especial atención, que parezca que no sentimos nada ante lo que ha hecho. Cuando deje de hacerlo y hayan pasado algunos minutos, reforzaremos sus acciones positivas.
  • Si la acción es repetida, podemos registrar cuándo y cómo ocurre para poder prevenir antes de que se dé la acción o para consultar con algún especialista.
  • Reforzaremos en los días siguientes mucho todas las acciones buenas que hace. “qué bien recoges los juguetes”, “qué contento estas hoy”, etc.
  • Si muerde porque otro niño le ha molestado (quitándole un juguete, empujándole etc.) intentaremos prever su reacción y así explicarle cómo debería expresar su molestia o enfado sin morder “Víctor dile a Marcos, que no te quite el juguete porque no te gusta).

Si es algo frecuente, también podemos intentar evitar que jueguen a juegos de morder, pegar, luchar…ya que así potenciamos el uso de la boca y la equivocación de que morder es algo lúdico. También podemos hablar con el niño sobre el uso de la boca: “Usamos la boca para comer una manzana, carne, sopa…”, “con la boca damos besos y cantamos canciones”, etc.

Siempre es bueno trabajar el desarrollo del lenguaje, sobre todo las peticiones y sentimientos, así ayudaremos a los niños a expresarse por medio del lenguaje y no mordiendo, arañando o pegando.